Un gol al cáncer
El pasado lunes 19 de octubre fue el día internacional contra el cáncer de mama. Todos sabemos de la importancia de la prevención en esta enfermedad y, en este sentido, oí en las noticias que el índice de curación de este cáncer cuando se ha detectado a tiempo es del 90%.
A continuación, en el tiempo de los deportes, empezaron a hablar de fútbol. Y supongo que ligando una noticia con la otra, me vinieron a la cabeza los casos de futbolistas que han sufrido un cáncer, lo han superado y han podido seguir con su carrera profesional. Concretamente, me acordé de Eric Abidal, Arjen Roben y Marc Sellarès (y valga este post para cualquier otro futbolista en la misma situación, a quien la falta de fama mantiene en el anonimato).
Nos remontamos a la temporada 2003-2004, cuando a un jovencísimo Arjen Robben – sólo tenía 20 años en ese momento – le detectaron un cáncer en los testículos. El neerlandés sufrió una depresión, porque no sabía si podría volver a jugar. Él mismo declaró: “Tenía mucho miedo. Vivir sin que el fútbol fuera lo más importante fue algo difícil. La espera fue terrible. No sabía qué iba a pasarme”. Tras una operación satisfactoria, se recuperó totalmente y pudo volver a la competición futbolística, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores del mundo. Cuando esto pasó, declaró: “¿Por qué vas a sentirte incómodo al hablar de algo así? Ahora que estoy curado, me siento tranquilo y es bueno que lo diga. Puede ocurrirle a cualquier hombre en cualquier momento y puede llevar a consecuencias terribles. Nunca hay que rendirse”.
Siete años más tarde, a Eric Abidal le diagnosticaron un tumor en el hígado. Gracias a una pronta detección, le pudieron operar dos días más tarde y pudo volver a jugar sólo un mes y medio después. Durante todo este proceso, él fue optimista y declaró que se sentía un hombre afortunado por haber detectado a tiempo la enfermedad. La actitud de Abidal impresionó positivamente a sus compañeros de vestuario y a mucha gente más.
Un año después de que le detectaran el cáncer, cuando todo parecía que había pasado, se conoció la noticia de que necesitaba urgentemente un trasplante de hígado. Los médicos pronosticaron que sería difícil que volviera a jugar a fútbol a nivel profesional. Sin duda un nuevo jarro de agua fría. Pero cuando le cae a alguien que ya lo ha recibido antes y ha sabido sobreponerse, el agua, siendo fría igual, se puede notar más tibia. La situación era muy complicada, pero Abidal tiró hacia adelante. Fue operado y empezó una larga recuperación con el objetivo de volver a jugar. Sus palabras delataban su voluntad de volver a pisar el césped, aunque con la evidente cautela: “Voy paso a paso. (…) Estoy contento, porque me siento bien, pero no quiero asumir riesgos porque tengo una familia”. Al final, todo su esfuerzo fue recompensado y en diciembre de 2012 los médicos anunciaron que Abidal podía reincorporarse a la competición futbolística.
Por último, el caso más reciente ha sido el de Marc Sellarès, a quien poco antes del verano le diagnosticaron también un cáncer testicular. Después de ser operado, declaró con optimismo y entereza: “Me diagnosticaron el tumor en una revisión en el Hospital de Igualada y dos días después me intervinieron. La operación fue bien y estoy seguro de que en poco tiempo todo esto quedará en una anécdota. (…) El proceso de recuperación se alargará durante unas semanas. Si todo va bien, en un mes y medio podré recuperar mis hábitos y volver al fútbol”. Sus deseos se hicieron realidad y en agosto recibió el alta y se incorporó a las filas de su nuevo equipo, el CD Morell.
Abidal, Sellarès y Roben: tres ejemplos de por qué no debes dejarte vencer por las adversidades; tres ejemplos de valentía, esfuerzo y superación; de la importancia de aferrarte a una meta e intentar alcanzarla. Estoy seguro que todos ellos han salido fortalecidos de su respectiva experiencia negativa. Pensad que si para cualquiera ha de ser muy duro que le digan que tiene un cáncer, seguramente lo es más – si cabe – para un deportista profesional, pues el deporte es su vida y, por lo general, no pueden concebirla lejos de la alta competición.
Sirvan Abidal, Sellarès y Roben para rendir homenaje de admiración y respeto a todas las personas anónimas que, con idéntica actitud, han hecho frente al cáncer, algunas con éxito y otras, desgraciadamente, sin. Y sirva este post de manifiesto de apoyo y ánimo, no sólo a las mujeres con cáncer de mama, sino a cualquier persona que sufra esta enfermedad.
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