Albert Espinosa: Siempre hay que levantarse

30 JULIO 2015

Hoy os quiero hablar de Albert Espinosa, una persona que lleva corriendo una carrera de fondo desde que era pequeño y que, gracias a su voluntad, siempre ha vencido y sigue venciendo todos los obstáculos con los que tiene que lidiar.

La vida le dio un golpe muy duro con sólo 14 años, cuando le diagnosticaron un osteosarcoma y como consecuencia le tuvieron que amputar una pierna. Poco tiempo después padeció metástasis y le extirparon un pulmón y una parte del hígado. Tras diez años ingresado en hospitales, decidió plasmar sus múltiples lecciones de vida en diferentes relatos (libros, series, películas, obras de teatro…), los cuales han llegado y ayudado a muchas personas.

Albert es valentía, positivismo y superación; valores que transmite por sus cuatro costados. Es normal plantearse cómo y de dónde puede sacar toda esa fuerza después de los malos tragos que ha sufrido, pero pronto te das cuenta que simplemente es el estilo de vida que él ha decidido llevar. Ha tomado la decisión de seguir el camino que a priori puede parecer más difícil, pero que al final es el más gratificante. Ha plantado cara a la enfermedad en lugar de lamentarse por padecerla.

En pocas palabras, este gran polifacético es indudablemente un ejemplo para cualquier persona y es la muestra de que todos podemos superarnos para alcanzar objetivos que se nos pueden aparecer muy lejanos.

Entre sus obras destacan la película “Planta 4ª”, la serie “Pulseras Rojas” o el libro “El mundo amarillo”, que en cierto modo representan su autobiografía.

Para acabar me gustaría compartir con vosotros algunas de sus interesantes frases:

 “Olvidarse de reír, un olvido imperdonable a cualquier edad. Un pecado mortal en la infancia”.

“Todo en la vida debería ser así. Primero caerse y luego caminar”.

“Sí, arriésgate. Ésa es siempre la respuesta”.

“Perder puede ser gozoso, pues te hace entender mejor el valor de ganar”.

“Perdí pierna, pulmón y un trozo de hígado pero gané muñones, formas extrañas de respirar y un hígado con forma de estrella. Y es que el trozo que me extrajeron tenía esta forma y, debido a esa pérdida extraña, siempre he sentido que llevo un sheriff dentro”.

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